(Con ilustraciones de Álvaro de la Vega).
Sinopsis

Esta es una apuesta militantemente figurativa que sale al encuentro del lector con la ambición, ese "imposible viable", de ofrecerle un espejo donde también quede reflejada su alma. Es una poesía que rinde la obediencia debida a los sentimientos, que constata la simetría entre la celebración y el lamento y que empareja clasicismo y modernidad. Lo hace reviviendo días que nacen y mueren y que al pasar generan un latido que regresa para alimentar, en la resurrección menor de cada amanecer, nuestro corazón. Gracias a eso permanecen en nosotros grandes bosques, fuentes amigas e infinitas mareas; y encendidas y gélidas reminiscencias; y seres humanos exactísimos y vagos. La Ítaca, en definitiva, de la memoria. Así, mientras da cuenta de un navegar por el tiempo, poemas como los de este libro son el humilde fruto de un asombro gigantesco. Por ser preferentemente tentativas en la busca, y al tiempo en la huida, de una paz que ignoramos.
(Con ilustraciones de Álvaro de la Vega).
(Con ilustraciones de Álvaro de la Vega).
Críticas
"La métrica y la rima cuidadas, la precisión estrófica, la referencia a la tradición poética en los motivos y en las citas o en la musicalidad, 'La ría es un joyero / que sólo guarda melodías', se saborean más al contrastarlas con su escasez en la poesía contemporánea. Pero no se trata de un virtuosismo presuntuoso. Acompañan siempre al contenido, como se ve en los recursos de repetición, alegres para los poemas de la juventud, graves en el tono de letanía que presagian la ausencia"
Inma Otero Varela. Nós Diario
"La plena madurez colorea el iris de Rei, que a esta altura no se deja llevar por la ansiedad del ambiente y que, pese a los años vividos, mantiene en la mirada también un (necesario, precioso) 'asombro gigantesco'. Las sílabas del mundo es, sí, esa laguna en calma en la que el lector ansía abandonarse en la inmersión"
Héctor J. Porto. La Voz de Galicia
"Luís Rei propone desde estos poemas un cimiento de lo que es la vida, de esa mezcla de momentos que componen una suerte de hormigón que nos moldea desde la sonrisa y la lágrima, desde la luz y la sombra, desde el azúcar y la nieve".
Ramón Rozas. Diario de Pontevedra